Swami Śankarananda Giri ha asesorado a unos y otros sobre la práctica de Haṭha-Yoga. De hecho, hay muchos profesores de Haṭha-Yoga entre sus seguidores.
Según él, la práctica de Haṭha-Yoga se puede complementar perfectamente con la práctica de Kriyā-Yoga. Sin embargo, nos advierte que no debemos darle un uso indebido. El Hatha-Yoga es practicado a menudo a modo de gimnasia, sin su contenido espiritual y energético. ¡Se trata de un «circo» en la mayoría de los practicantes!
Debemos práctica Haṭha-Yoga con un buen estado de ánimo, concentrados en la respiración.
En nuestras clases hemos seleccionado āsanas clásicas que pueden ser practicadas por todas las personas que quieran profundizar en este sistema.
Ya que Swamiji practicó Haṭha-Yoga durante sus años de brahmacharya, le pedimos que nos contase su experiencia…
Palabras de Swamiji
«He tenido varios profesores de yoga en mi vida, desde mi más temprana edad.
Prabhuji (su maestro) siempre me alentó a la práctica del Haṭha-Yoga. Conocía todos los āsanas y tenía un cuerpo muy flexible. A veces daba algunos consejos a las personas que sufrían de problemas de salud. Por ejemplo, solía enseñar ejercicios de prāṇāyāma. En caso de problemas de acidez en el estómago o en los casos de intoxicación por alimentos, enseñaba mayurāsana (el pavo). Siempre he amado la práctica de esta postura por sus beneficios.
Practica Kriyā-Haṭha-Yoga, pero no por la apariencia acrobática. El KHY te traerá muchos beneficios si te concentras en la respiración. Y puede ser de gran ayuda en tu meditación.»
Basado en el arte de la respiración y en el conocimiento de los diferentes centros de energía (cakras) situados a lo largo de la columna vertebral, las series de KHY generan un equilibrio que produce un profundo estado de paz para el cuerpo, la mente y el espíritu.
Las posturas o āsanas utilizadas en KHY son las mismas que las del Haṭha-Yoga clásico. Solo la metodología y la finalidad son diferentes. La atención plena con el soporte principal de la respiración llevan a un dialogo entre la postura propuesta y el cuerpo. Así esta práctica aclara el espíritu, aumenta la capacidad de concentración, y la facilidad para encontrar la calma y el silencio en nuestro interior independientemente del entorno o de la actividad que estemos realizando. Mejorando nuestra relación con nosotros, con los demás y con lo que nos rodea. Produce la sutil percepción de despertar a una dimensión más profunda del Ser. Un profundo y estable estado de paz nos acompaña a lo largo de la vida.
Interacciones del lector