Swami Dayananda Saraswati dijo “La vida no es más que una serie de decisiones. Tienes que tomar decisiones en la vida todo el tiempo. Y esas decisiones tienen que provenir de una mente clara y no de una mente confusa.”
El objetivo del yoga es aclarar la mente, liberarla de la agitación y de la inquietud. Una mente atenta y calmada va ser capaz de dar una respuesta adecuada y coherente en cualquier situación.
Con este propósito, Patañjali nos hace varias propuestas en sus Yogasutras. La primera es ser consciente de la respiración en todo momento, para que la mente se mantenga atenta en ese preciso instante, en lo que está sucediendo en el ahora. Esta es la más importante. La segunda tiene que ver con nuestro comportamiento con los demás.
maitri karuna mudita upekshanam sukha duhka punya apunya vishayanam bhavanatah chitta prasadanam
La mente se apacigua cultivando sentimientos de simpatía hacia quienes están felices, compasión hacia los que sufren, buena disposición hacia aquellos que hacen méritos, e indiferencia o neutralidad hacia quienes consideramos malvados o malintencionados.
Esto es Dharma, lo que uno debe hacer, lo correcto.
En el Ramayama se narra la historia de Rama o la consciencia y Sita la paz mental. Sita es secuestrada por Ravana un asura o demonio, símbolo de las impurezas mentales del ego que surgen por nuestra continua atención a los objetos externos, y nuestro menosprecio a la conciencia. Rama busca a Sita sin olvidar los deberes de su Dharma y así encuentra a Hanuman, el dios mono, la fuerza que produce la respiración consciente, que ayuda a Rama a recuperar a Sita, y la conciencia, su paz mental.
Cuando somos Ravana y buscamos nuestra satisfacción y seguridad en los objetos que nos rodean, queremos tener más que los demás, conseguir lo que tiene aquel, ser mejor que este. De este modo, es difícil alegrarnos con las alegrías de los demás porque sentimos envidia; entristecernos con sus penas porque nos complacen; felicitar al que lo hace bien porque despierta nuestros celos; tolerar al que lo hace mal porque preferimos criticar y juzgar. Y con este tipo de actitudes mentales, ¿cómo vamos a ser serenos, equilibrados, maduros?
En verdad la acción incorrecta es aquella que no sigue los principios universales de no dañar a los demás ni a uno/a mismo/a. Esta acción debe ser juzgada pero la persona debe ser cuidada. Aquello que nos hace comportarnos mal es una mente llena de impurezas.
Manteniendo la atención en la respiración, aumentaremos el poder de Hanuman, la fuerza de voluntad necesaria para cumplir esos principios e integrar esos sentimientos de empatía y cordialidad. Tu mente se verá liberada de toda impureza, volverá a encarnar a Rama como conciencia y sentirás un gran alivio al recuperar a Sita, esa paz que es inherente a ti.
Dev y Rasmi
Interacciones del lector