Āsana es el nombre que reciben las posturas que se realizan durante la práctica del Hatha-yoga. En los Sūtra-s de Patañjali, uno de los textos más influyentes en el Yoga, se enumeran ocho pasos o miembros, necesarios para la consecución, para el objetivo del yoga, que no es otro que conseguir el control sobre las fluctuaciones de la mente.
Patañjali hablando de āsana nos dice sthira sukhan asanam (YS,2-46)
sthira: firme, fijo, regular, estable
sukham: felicidad, comodidad
asanam: posturas, poses, asiento
la postura debe ser estable y cómoda.
Parece claro, ¿verdad?
Observa que āsana también significa asiento y aquí es donde en nuestras clases, en nuestra forma de entender āsana ponemos el acento, porque entendemos que para realizar una āsana, debemos dar “asiento” a esos aspectos de nuestro ser, en donde enfocamos nuestra práctica en la esterilla. Así en cada āsana buscamos asiento para nuestro cuerpo, nuestra respiración y nuestra mente.
Asiento para nuestro cuerpo significa que este debe sentirse estable (sthira) y cómodo (sukha). Esta palabra sukha era traducida antiguamente como “espacio útil donde se introduce el eje de las ruedas de un carro”. Su contraria es la palabra duhkha o “espacio insuficiente, incomodo” y que los budistas utilizan para referirse al sufrimiento. De ahí que en āsana es necesario encontrar ese espacio útil y cómodo, independientemente del esfuerzo, la torsión o el equilibrio que exija dicha postura. Así āsana debe ofrecer amplitud y extensión. Siempre escucha y respeta las indicaciones de tu cuerpo en ella. Modelando la postura lo necesario para encontrar ese asiento cómodo. En este aspecto nos vale el símil de la escritura. Todos sabemos como se dibuja la letra A, pero cada uno la escribimos de forma diferente. De la misma manera cada cuerpo interpreta āsana de forma distinta, salvaguardando la fisiología de sus estructuras, la alineación de las articulaciones.
Asiento para nuestra respiración. Igual que para nuestro cuerpo, la búsqueda de comodidad en nuestra respiración nos enseña que la postura no debe entrecortarla o suspenderla de forma involuntaria. Ese espacio que creamos en nuestro cuerpo facilita una respiración amplia, profunda, completa. Si en āsana encontramos dificultad para respirar, puede significar que, o nos estamos excediendo en el esfuerzo, o aún no estamos preparados para esta postura o movimiento. Paciencia y humildad te ofrece el asiento de tu respiración.
Asiento para tu mente porque en todo el proceso, se debe centrar en cada señal de tu cuerpo y respiración. Si durante āsana tu mente divaga no estas practicando yoga, estas haciendo gimnasia. Es vital cultivar la actitud y la motivación para centrar la mente en lo que esta ocurriendo en ese asiento, en esa postura, en esa respiración. Así la mente realiza que cada āsana es un recipiente que expresas y ofrecer un conocimiento, un significado manifestado en el silencio de āsana.
Durante la secuencia, utilizas un numero de recipientes con nombres y formas diferentes e incluso contrarias, pero el contenido de todos esos recipientes no varia, no cambia, se mantiene imperturbable, observando, presente. En el cuerpo, la respiración y la mente se siente un estado de puro gozo al reconocerse en lo que llamamos Alma. Ese es el mayor regalo que ofrece āsana.
Interacciones del lector