El masaje tradicional Tailandés tiene una larga historia terapéutica. Si observamos la evolución de las técnicas del masaje practicadas en Tailandia, se descubre el hecho de que sus raíces no se encuentran en Tailandia, sino en India. El Ayurveda indio y la Terapia Yoga Tailandesa comparten un linaje histórico común que se remonta a los inicios de la filosofía védica hace más de cinco mil años. Alrededor de esta época, los principios rectores del Ayurveda y todo el sistema védico fueron revelados a los grandes sabios de la antigua India. A partir de estos conocimientos surgió una teoría profunda de la creación conocida como filosofía Samkhya, que es la base del Ayurveda, el yoga y el Masaje Yoga Tailandés.
Durante el siglo III a. C., Ayurveda experimentó un período de vitalización bajo el liderazgo del emperador Ashoka. Ashoka fue un famoso guerrero hindú que renunció a la violencia por las enseñanzas de Buda y abrió el camino para la proliferación del budismo en todo el sudeste asiático. Un elemento central de las enseñanzas del Buda es el alivio de todos los sufrimientos, incluidas las enfermedades físicas. Cuando los monjes budistas emigraron al extranjero para exportar las enseñanzas del Buda, sus prácticas médicas ayurvédicas se fueron con ellos. Posteriormente, el Ayurveda se convirtió en una práctica curativa establecida en los países de Sri Lanka, Tailandia y Birmania a medida que el budismo se extendía por todo el Este.
El sistema medicinal del Ayurveda sentó las bases de muchas prácticas curativas orientales muy respetadas. La relación entre el Ayurveda y el masaje yoga tailandés se remonta al siglo V a. C. en la India, durante la época de Buda. Una famosa historia de este período habla de un estudiante en el norte de la India a quien se le dio una pregunta final como parte de su examen para convertirse en médico ayurvédico. Se pidió a cinco estudiantes graduados que deambularan dentro de un radio de unas pocas millas de la escuela y que regresaran con un producto de la naturaleza sin ningún valor medicinal. Los estudiantes regresaron, uno por uno, y cada uno presentó sus hallazgos: un cráneo humano, veneno, una piedra y el cadáver de un pez. Después de un tiempo, el quinto estudiante regresó y declaró: «¡Señor, no puedo encontrar nada que no tenga valor medicinal!» Todo lo que encontró en el bosque, en su opinión, tenía algún valor terapéutico. Fue solo este estudiante quien aprobó el examen, ilustrando el principio ayurvédico de que todo lo que nos rodea puede y debe usarse con fines curativos. El alumno ilustre de esta anécdota fue Jivaka Kumarbhaccha, quien se convirtió en el venerado médico de Buda y el padre fundador del arte del masaje yoga tailandés. Jivaka nació alrededor del siglo V a. C. y se dice que fue abandonado por su madre, quien colocó al bebé recién nacido en una caja de madera en un montón de basura junto a la carretera. Más tarde, ese mismo día, el príncipe Abhaya, hijo del rey Bimbisara, descubrió al bebé y, movido por la compasión, decidió criar a Jivaka como su hijo adoptivo. Fue a través de este afortunado evento que Jivaka se convirtió en un famoso médico real en la corte de Bimbisara de Magadha, cuyo reino estaba en el norte de la India.
En casi todas las versiones de las escrituras budistas se pueden encontrar relatos sobre las hazañas y curas médicas de Jivaka. Era tan famoso que muchos se unieron a la comunidad budista en Magadha solo para aprovechar sus enseñanzas. Aunque Jivaka nunca viajó a Tailandia, sus enseñanzas se convirtieron en la base del masaje tradicional tailandés cuando fueron transportadas al sudeste asiático con la difusión de la cultura budista india. En muchos templos de Tailandia, un santuario está dedicado a Jivaka como figura central en las prácticas de masajes tradicionales tailandeses. Las/os masajistas a menudo abren el día con un canto en honor a Jivaka para obtener información de su espíritu curativo.
El principio teórico del masaje tradicional tailandés se basa en el trabajo sobre determinadas líneas de energía (sen) que recorren el cuerpo. La filosofía del yoga afirma que la energía vital (prāna) es absorbida con el aire que respiramos, con la comida que comemos y con los iones negativos con los que estamos en contacto. A lo largo de una red de líneas de energía, los prāna nadis, el ser humano se nutre con esta energía vital. De estas líneas de energía, el masaje tailandés ha seleccionado diez líneas principales en las que encontramos puntos de presión especialmente importantes. A través del estiramiento y de la presión de estas líneas y puntos se pueden tratar una amplia gama de transtornos así como aliviar el dolor. A su vez, el Ayurveda, enseña que cada individuo está compuesto de una combinación de los tres doshas (biotipos) de vata (aire y éter), pitta (fuego-agua) y kapha (tierra-agua). El conocimiento antiguo de los tridoshas o tres doshas permite a los profesionales tratar a cada persona según su constitución única.
Las perturbaciones en la circulación de energía como resultado de un insuficiente suministro de prāna, conducen a estados de debilitamiento y/o enfermedad. El tratamiento práctico de estas líneas principales equilibra todo el cuerpo incluido sus órganos internos, rompe los bloqueos energéticos y emocionales, estimula la libre circulación de prāna y, por lo tanto, ayuda a restaurar el bienestar general. La comunión de estos principios ayurvédicos y yóguicos hacen del masaje yoga uno de los sistemas de tratamiento más completos.
El o la masajista realiza su arte en un estado de ánimo meditativo y la totalidad de su atención se centra, en el tratamiento que está realizando. Trabajar con plena conciencia, atención y empatía. Realizando los pasos necesarios para que el receptor de su masaje despierte su propia energía interna. Hay una grandísima diferencia entre un masaje realizado en un estado de ánimo meditativo y un masaje realizado como trabajo. Un/a masajista que trabaja en un estado de ánimo meditativo, puede desarrollar el desapego necesario para no manipular ni condicionar esa energía interna del receptor de la que hablábamos antes, convirtiéndose en mero catalizador, facilitando los medios para la auto curación del receptor.
Y desde el mundo del yoga y la meditación es como entramos en contacto, lo conocemos y lo practicamos en Biocentro Shantala. La modalidad de nuestro masaje conlleva una gran cantidad de presiones, movilizaciones, estiramientos y posturas que bien podrían describirse como aplicaciones de Hatha-yoga. Por lo que en lugar de utilizar el termino de «masaje tradicional tailandés» usamos el de «masaje Yoga», ya que es lo que este arte es esencialmente.
Las personas que reciben un masaje yoga desde el desconocimiento del método se asombran de su plasticidad además de comprobar su efectividad. Con el masaje yoga podemos ayudar el alivio del dolor de espalda, la artritis, las migrañas, los desequilibrios menstruales, el asma, los problemas digestivos, el estreñimiento y problemas relacionados con el estrés.
Una sesión tiene una duración de 60 minutos.
Pide tu cita para un masaje yoga y disfrútalo.
Interacciones del lector