Aunque no aparece en las enseñanzas del yoga clásico, el Saludo al Sol o sūryanamaskāra se remonta a la noche de los tiempos, donde todas y cada una de las antiguas civilizaciones rendían culto al Sol.
En la antigua Persia los seguidores de Zoroastro, reverenciaban al fuego como principio eterno. Ellos fueron los primeros que crearon y practicaron el Saludo al Sol.
Los pueblos arios conocieron y se mezclaron con estos persas, al rededor del 2500 antes de Cristo. Impregnándose de esta civilización, adoptaron el culto al Dios Solar. Más tarde, cuando los arios se establecieron en el valle del Indo, entraron en contacto con los yoguis y sūryanamaskāra se convirtió en una serie de movimientos fluidos y armoniosos.
Actualmente sūryanamaskāra es básico en las enseñanzas del yoga.
Sūryanamaskāra es un conjunto de 12 movimientos que se corresponden con los 12 signos del zodiaco y la influencia del Sol en cada uno de ellos. En astrología, el Sol representa al alma y en suryanamaskāra cada posición encarna un aspecto del Sol. Así como el Sol “se mueve” armoniosamente en el cielo ante nuestro ojos, los movimientos de suryanamaskāra se suceden con belleza y equilibrio.
En los Upaniṣad está escrito que “Om es el sonido del Sol al desplazarse en el espacio”. A cada movimiento de suryanamaskāra le corresponde un sonido, un mantra. Dependerá de nuestra actitud mental que el resultado de la práctica sea físico, espiritual o ambas. Tened en cuenta que esta práctica no es solo una adoración a Dios en la forma de astro o de cuerpo celeste, sino sobretodo, adorar a la divinidad como esa parte de nosotros que no depende de la fe o de la creencia, puesto que es nuestra propia existencia y conciencia.
Físicamente los movimientos se realizan utilizando la respiración como base. En la inhalación movimientos de extensión, en la exhalación movimientos de flexión.
Espiritualmente la forma de realizar los movimientos será igualmente con la respiración como base, pero esta vez pronunciando mentalmente el bija mantra, el sonido semilla al final de cada movimiento.
La consecución de las 12 posturas corresponde a un ciclo, para que la práctica sea eficaz debemos efectuar de 6 a 12 ciclos e incluso, es muy propicio, poder alcanzar los 108 ciclos en los cambios estacionales.
Mantra
Todos los sonidos externos que percibimos se crean cuando dos o más objetos, como las cuerdas vocales, golpean juntos y configuran una vibración en la atmósfera. Estas vibraciones luego entrar en el oído, y generan a su vez más vibraciones en el tímpano y su líquido. La naturaleza de estas vibraciones se transmite al cerebro donde se reconocen y se comparan con la memoria de todos los sonidos del pasado, y luego se crean imágenes mentales. De esta manera el sonido está continuamente afectando nuestras mentes.
Los mantras son combinaciones de sonidos, que están diseñados para producir un efecto específico sobre la mente y su funcionamiento. El mantra se puede hablar en voz alta, susurrado o repetido mentalmente, pero la repetición mental es el método superior. Cuando un sonido se repite mentalmente con conciencia y concentración, el pensamiento adquiere la forma de ese sonido, se convierte en ese sonido, y la energía inherente a ese sonido se manifiesta en la mente.
Los mantras se formulan a partir de letras del alfabeto sánscrito, cada letra tiene su propia frecuencia vibratoria particular y efecto correspondiente en la conciencia. Estos cincuenta y dos sonidos, conocidos como devanāgarī fueron realizados por los ṛṣis (rishis) antiguos del período védico durante estados profundos de la meditación. Estas almas altamente evolucionadas fueron capaces de tocar la fuente de toda energía sonora, el śabda brahman, la suprema conciencia manifestándose como sonido.
Yoga
Se podría decir que el mantra es yoga. Los āsanas y movimientos corporales pueden ser el aspecto más evidentes del yoga, pero los mantras son las āsanas para la mente. Del mismo modo que un āsana aporta flexibilidad, salud y equilibrio a nuestro cuerpo físico, el mantra aporta bienestar, serenidad y adaptabilidad a nuestra mente.
El mantra es un sonido energético o palabra sagrada y es la esencia de todas las tradiciones, escrituras y oraciones espirituales.
Como siempre estamos hablando con otros o con nosotros mismos mediante los pensamientos, podemos aprender a emplear el poder del sonido y de la palabra para dominar esta actividad principal en nuestras vidas.
Una palabra puede cambiar nuestra vida y la de los demás para bien o para mal, su influencia alcanza el nivel más profundo de nuestra conciencia.
Así podemos emplear los mantras para trabajar con nuestra mente.
Repetir un mantra mentalmente limpia el cuerpo causal o campo samkárico del alma y ayuda a calmar los hábitos y aflicciones del subconsciente.
Cuando lo cantamos o recitamos de forma sonora es un medio importante para sanar el cuerpo astral o sutil y limpiar nuestro campo de impresiones. Los mantras pueden usarse para dirigir el poder sanador del prāṇa que hay en ellos.
El sonido es el aspecto mental del prāṇa. Todos los aspectos de la mente externos e internos, poseen su correspondiente vibración sonora. La mente se compone de pensamientos que son palabras, lenguaje y por lo tanto sonidos. Cada persona tiene su propio mantra o patrón de sonido mental. Cada alma tiene su propia vibración mántrica, si se aprende, si se conoce, se puede despertar todos nuestros poderes internos.
Cada sonido es un nombre que refleja la idea que representa. Los nombres nos vinculan con el ser u objeto que designan. El sonido es un modo de dirigir la conciencia por medio del nombre hacia un objeto en particular. La conciencia siempre va acompañada de prāṇa, y así, por medio del nombre o mantra dirigimos el prāṇa, la energía, de nuestra conciencia y la conectamos con aquello que buscamos.
Muchas personas escuchan con recelo hablar de los mantras o por el hecho de no entender lo que significan no les dan importancia. Si observamos, no solo en yoga, sino en otros sistemas como el Qigong o los ejercicios chamánicos, emplean sonidos y expresiones para estimular o calmar distintos órganos o aspectos mentales. No es el significado sino el sonido en si, la vibración que se emite al producir los sonidos del mantra lo que les confiere ese poder restaurador. Haz la prueba comienza a utilizar los mantras en tu práctica diaria y observa la diferencia.
Una historia.
En India todavía hoy se emplean elefantes para el arrastre de troncos serrados en los profundos bosques y densas junglas. Son animales duros acostumbrados al esfuerzo, a empujar y tirar, a sacudir y envestir.
En distintas fechas del año, a estos elefantes se les engalana y maquilla para una procesión en donde ellos son los protagonistas.
Ese día los elefantes con sus conductores caminan por las calles en dirección al templo donde les espera el prasāda (Comida bendecida). La gente abarrota las calles de la procesión, los ruidos de los timbales, de los armonios, de los mirindangham y sobre todo los puesto de los comerciantes con frutas y especias consiguen excitar a los elefantes que van con su trompa de un lado a otro nerviosos, con los ojos desorbitados. Al llegar al templo están tan ansiosos que no pueden disfrutar de su prasad y tienen que meterlos en corrales para que se calmen. Pero el conductor de elefantes conocedor de ellos y de lo que les espera, le da a su amigo una caña delgada de bambú. La trompa del elefante es muy sensible y estos seres acostumbrados a tirar y arrastrar enormes árboles, se centran en ese agarre a la ramita de bambú para no romperla y concentrados en ese empeño desfilan sin prestar atención a los ruidos, los colores, los sabores de su fiesta. Cuando arriban al templo su estado es de atención plena, relajada y tranquila. El conductor quita la rama de bambú y el elefante se sacia con su prasad. De la misma forma nuestra mente normalmente va dando bandazos en todas las direcciones. El empleo de un mantra nos puede ayudar a centrar nuestra energía en la dirección que queremos, condensándola.
La práctica
Lo iremos realizando de forma progresiva sin llegar a fatigarnos. La resistencia se ira desarrollando, así que podemos comenzar con dos ciclos diarios e ir aumentando un ciclo por semana.
Cada postura de por si, produce un beneficio especifico, pero al hilvanarlas en suryanamaskar poseen ventajas que por si solas no aportan.
A nivel físico sūryanamaskar contribuye a armonizar nuestros sistemas orgánicos; glandular, circulatorio, digestivo, linfático, respiratorio, nervioso… Purifica la sangre y reduce las secreciones excesivas de jugos digestivos. Combate los problemas derivados de una vida sedentaria. El cuerpo y la mente se relajan, la columna vertebral es movilizada al máximo, los músculos son reforzados. La vitalidad aumenta, disminuye el estrés, la ansiedad, la depresión. Suryanamaskar vuelve el cuerpo luminoso y aclara la mente.
Por todas estas razones merece que practiquemos suryanamaskāra todos los días. Por la mañana después de la ducha y poco antes del amanecer, durante la puesta del sol o en cualquier otro momento que tengamos libre. La práctica nos ofrecerá un inmenso beneficio.
Los mantras en sūryanamaskāra
Antes de comenzar os aconsejo utilizar el gāyatrī mantra. Gāyatrī es quizá el más famoso mantra, su recitación e interiorización nos ayudaran mucho en la práctica. Sus versos muestran adoración por Savitti que es una forma femenina del Sol y se la conoce también como vedamatá, la madre de los Vedas.
En su iconografía, la diosa frecuentemente aparece sentada en una flor de loto roja (que significa riqueza), con cinco cabezas y diez ojos (que miran en las diez direcciones) y diez brazos que sostienen todas las armas de Viṣṇu (maza, disco, etc.). Representa también las encarnaciones de diosas como Sarasvati, Lakṣmī y Pārvati, esposas de Brahma, Viṣṇu y Śiva respectivamente, dando a entender que el Sol es la manifestación de las fuerzas de creación, mantenimiento y destrucción (Īśvara, El Señor) .
El mantra se recita mentalmente antes de realizar los movimientos de suryanamaskāra, de pie con āñjali mudrā y mirando hacia el Este. Con ujjayi durante la inhalación se recita la primera parte poniendo la atención en cada uno de los cakras correspondientes al plano que se cita empezando por mūlādhāra y terminando en sahasrāra. La segunda parte se recita reteniendo el aliento y la tercera parte durante la exhalación.
El mantra dice así:
1ª oṃ bhūr, oṃ bhuvaḥ, oṃ svaḥ, oṃ mahaḥ, oṃ janaḥ, oṃ tapaḥ, oṃ satyam
2ª oṃ tat savitur vareṇyam bhargo devasya dhīmahi dhiyo yo naḥ pracodayāt
3ª oṃ apo jyoti rasamritam Brahma bhūr bhuva svarom
Pronunciación en castellano:
om bhur, om buvája, om suája, om majaja, om yanaja, om tapaja, om satiam
om tat savitúr váreniam bhargo devásia dhímaji dhíio io naf prachodáiate
om apo yioti rasamritam bramha bhur bhuva suarom
Traducción
“Tú eres el ser que revela los siete planos de la existencia. Ilumina nuestra anhelante mente, se nuestro protector, que la irradiación de tu luz guíe nuestras acciones y pensamientos en la dirección correcta
Soy parte de Om, me baño en a luz de Om esencia de la inmortalidad y de poder creador. Lo que soy, lo que siento y lo que hago son todo parte de Om”
Los doce mantras solares
Cada año el sol pasa por doce fases diferentes conocidas como los signos zodiacales en la astrología occidental, y ‘raśis’ en la astrología hindú. Cada raśi tiene atributos o estados de ánimo específicos, y en cada uno de estos doce estados de ánimo el sol recibe un nombre diferente. Estos doce nombres comprenden los doce mantras solares, que deben ser mentalmente repetidos en su respectivo orden en conjunción con los doce movimientos de suryanamaskāra.
Estos mantras del sol no son meramente nombres del sol, pero el sonido de cada sílaba contenido en ellas es el vehículo de una energía básica, eterna (śakti) representada por el sol mismo. Mediante la repetición y concentración en estos mantras, toda la estructura mental se beneficiará y se elevará.
Aunque estos mantras no requieren entendimiento intelectual, la traducción de su significado se da abajo para los más inclinados espiritualmente que desean utilizar los mantras como una forma de sintonía con la fuente de la iluminación espiritual simbolizada por la sol.
- oṃ mitrāya namaḥ (Aries, Marte)
(Saludos al benevolente, el amigo de todos)
La primera posición, prāṇamāsana, encarna la actitud de reverencia a la fuente de toda vida tal como la conocemos. El sol es considerado como el amigo universal, dando sin cesar luz, calor y energía para sostener los planetas, satélites y cuerpo celestes de nuestro sistema solar. En las Escrituras se describe a Mitra como llamando a los hombres a la actividad, sustentando la tierra y el cielo, y contemplando a todas las criaturas sin discriminación, tal como el sol de la madrugada señala el comienzo de las actividades del día y arroja luz sobre toda vida.
- oṃ ravaye namaḥ (Tauro, Venus)
(Saludos al brillante, al reluciente)
Ravaye significa alguien que brilla y ofrece bendiciones divinas sobre toda vida. En la segunda posición, hasta-uttanāsana, estamos estirando todo nuestro ser hacia arriba, hacia la fuente de luz, para recibir estas bendiciones.
- oṃ sūryāya namaḥ (Géminis, Mercurio)
(Saludos al que guía, al que induce a la actividad)
Aquí el sol está en un aspecto muy dinámico como la deidad, Sūrya. En la mitología védica antigua, Sūrya fue adorado como el señor de los cielos, representado cruzando el cielo en su carro ardiente, tirado por siete caballos. Esta es una analogía hermosa y necesita una interpretación correcta. Los siete caballos en realidad representan los siete rayos o emanaciones de la conciencia suprema, que se manifiestan como los siete planos de existencia en los siete chakras principales de la columna vertebral, bhu (terrenal, material) en mūlādhāra, bhuvar (intermedio, astral) en svādhiṣṭhāna, suvar (sutil, celestial) en maṇipūra, mahar (la morada de Los devas) en anāhata, janah (la morada de las almas divinas que han trascendido el ego) en viśuddha, tapah (la morada de siddhas iluminados) en ājñā y satyam (la verdad última de la realidad) en sahasrāra. Sūrya simboliza la conciencia suprema misma, que controla todos estos diferentes planos de manifestación. Sūrya es considerado como el más específico de los dioses solares, el de la tríada védica original, su lugar está en el cielo, mientras que Agni (fuego) es su representante en la tierra.
- oṃ bhānave namaḥ (Cáncer, Luna)
(Salutaciones al que ilumina)
El sol es la representación física del gurú o maestro, que elimina la oscuridad de nuestros delirios, al igual que la oscuridad de la noche se elimina con cada amanecer. En la cuarta posición, aśva-sancalanāsana, volvemos nuestra cara hacia esta iluminación y rezamos por el fin de la noche oscura de la ignorancia.
- oṃ khagāye namaḥ (Leo, el propio Sol)
(Saludos al impresionante que se mueve por el cielo)
Es el movimiento diario del sol a través del cielo, que es la base de nuestra medición del tiempo, desde el uso más temprano de una esfera solar hasta los sofisticados dispositivos usados hoy en día. En parvatāsana, ofrecemos obediencia a aquel por quien se mide el tiempo, y oramos por el progreso en la vida.
- oṃ puṣṇe namaḥ (Virgo, Mercurio)
(Salutaciones al dador de fuerza y nutrición)
El sol es la fuente de toda fuerza. Como un padre, nos alimenta con energía, luz y vida. Ofrecemos respetos en sadakāsana postrando nuestro cuerpo al suelo. En esencia, estamos ofreciendo todo nuestro ser con la esperanza de que él pueda nutrirnos y otorgarnos fuerza mental y física.
- oṃ hiraṇyagarbhāya namaḥ (Libra, Venus)
(Salutaciones al yo cósmico de oro, el que alberga todo)
Hiranyagarbha es también conocido como el huevo o el útero de oro, resplandeciente como el sol, en el que Brahma nació como la manifestación de la existencia del Sí mismo. Hiranyagarbha es la semilla de la causalidad, por lo que todo el universo está contenido dentro de él en el estado potencial antes de la manifestación. De la misma manera, toda vida es potencial en el sol, que representa el gran principio cósmico. Ofrecemos respetos al sol en bhujangāsana, la séptima posición, orando por el despertar de la creatividad.
- oṃ maricaye namaḥ (Escorpio, Marte)
(Salutaciones a los rayos del sol destructores de la ignorancia)
Maricha es uno de los hijos de Brahma, así como los rayos de luz son producidos por el sol, pero su nombre también significa espejismo. Para toda nuestra vida, buscamos un verdadero significado o propósito, como el sediento busca agua en el desierto, pero es engañado por espejismos que bailan en el horizonte producido por los rayos del sol.
En la octava posición, parvatāsana, rezamos por la verdadera iluminación y discriminación para poder distinguir lo real de lo irreal.
- oṃ ādityāya namaḥ (Sagitario, Júpiter)
(Saludos al hijo de Aditi, el que ilumina el camino)
Aditi es uno de los muchos nombres dados a la madre cósmica, Mahashakti. Ella es la madre de todos los dioses, ilimitada e inagotable, el poder creador del cual proceden todas las potencialidades. El sol es uno de sus hijos, o manifestaciones. En la novena posición, aśva-sancalanāsana, saludamos a Aditi, la infinita madre cósmica que ilumina el camino a seguir.
- oṃ savitre namaḥ (Capricornio, Saturno)
(Saludos al poder estimulante del sol)
Savitra se conoce como el que despierta, el estimulador y se asemeja en sus tributos y funciones a Surya y por lo tanto comparten la misma postura, padahastāsana.
Savitra representa al sol durante el alba, justo antes del amanecer, estimulando y despertando al hombre hacia la actividad del estado de vigilia, y Surya representa el sol después del amanecer, cuando comienza la actividad. Por lo tanto, en la décima posición, padahastāsana, saludamos a Savitra para obtener el poder vivificante del sol.
- oṃ arkāya namaḥ (Acuario, Saturno)
(Saludos al que es digno de ser alabado por ofrecer su afecto)
Arka significa energía. El sol es la fuente de la mayor parte de la energía en el mundo que conocemos, con su abrazo y calor la vida es posible en nuestro planeta. En la undécima posición, hasta-uttanāsana, estamos ofreciendo respetos a esta fuente de vida y energía.
- oṃ bhāskarāya namaḥ (Piscis, Júpiter)
(Saludos a quien conduce a la iluminación)
En esta salutación final ofrecemos respetos al sol como símbolo del gran revelador de todas las verdades trascendentales y espirituales. Ilumina el camino que conduce a nuestro objetivo final de liberación. En la duodécima posición, prāṇamasana, rogamos que este camino nos pueda ser revelado.
Bija mantras
Completando a los doce nombres del sol, hay una serie de bija mantras, o “sílabas semilla”. Los bija mantras son sonidos evocadores que no tienen significado literal en sí mismos, sino que establecen vibraciones muy poderosas de energía dentro de la mente y el cuerpo.
Los bijamantra son:
La unión de los bija mantras y los mantras solares queda así:
Postura 1 oṃ hraṃ mitrāya namaḥ
2 oṃ hriṃ rabaye namaḥ
3 oṃ hrouṃ suryaya namaḥ
4 oṃ hraiṃ banabe namaḥ
5 oṃ hrauṃ kagaye namaḥ
6 oṃ hraḥ pushne namaḥ
7 oṃ hraṃ hiranyagarbha namaḥ
8 oṃ hriṃ marichaya namaḥ
9 oṃ hrouṃ aditaya namaḥ
10 oṃ hraiṃ savitri namaḥ
11 oṃ hrauṃ arkaya namaḥ
12 oṃ hraḥ baskaraya namaḥ
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