En India, desde tiempos remotos, las enseñanzas más importantes se transmitían oralmente, dado que gran parte del poder del mensaje estaba en la vibración del sonido emitido. Solo empezaron a transcribir sus enseñanzas a partir de la invasión del Islam, por miedo a que se rompiera la trasmisión oral.
En su libro El yoga y la tradición hindú, Jean Varenne nos explica.
“La pedagogía india – basada exclusivamente en la transmisión oral— está organizada conforme a un riguroso sistema muy semejante al que funcionaba en nuestras universidades medievales. En esa época la teología se enseñaba en forma de aforismos que se encadenaban unos a otros. En cada lección, el maestro daba el texto del día, una simple frase, reducida a veces a una sola palabra y después se comentaba largamente apelando a sus propios conocimientos. Esto es lo que se sigue haciendo en la actualidad en los ashrams hindúes y es llamado guru-shishya-param-para, que se podría traducir como “cadena iniciática de transmisión del conocimiento tradicional de maestro a discípulo”
En esta tradición solo el aforismo de base se considera “revelado”, solo él es intangible y saludable (pues conocerlo, comprenderlo, asimilarlo, es adquirir salud), el comentario del maestro, por el contrario, no es más que un auxilio, una ayuda aportada al discípulo. En último termino se le puede discutir siempre que no sea a costa de la fidelidad al Dharma.
Citemos a titulo de ejemplo el segundo eslabón de la cadena de los Yoga-Sutras que se compone de dos palabras solamente, y que dice:
Yogash chittavrittinirodhah
Este aforismo se puede traducir como:
“el yoga es la detención de la agitación de la conciencia.”
Se ve inmediatamente que un enunciado tan elíptico es suficiente para alimentar la controversia. La detección en cuestión, ¿Se trata de una verdadera disolución de la conciencia o es una suspensión temporal de la actividad mental?. La agitación que conviene cesar, ¿se debe a un mal funcionamiento de la actividad consciente o es una cualidad esencial de dicha conciencia?. La conciencia de la que habla el aforismo revelado ¿coincide con el pensamiento o lo engloba? Y en ese caso, ¿qué hay que detener?, ¿sólo la actividad mental o toda vida consciente?. Y así se pueden multiplicar las preguntas indefinidamente, como ya se ha hecho por más de dos mil años en las distintas escuelas de yoga de la india. Además el desglose de los términos empleados puede dar distintas traducciones, por ejemplo Vritti se puede traducir como acciones o comportamiento y nirodha puede traducirse como detención pero también como control. Por lo tanto la traducción del aforismo podría ser que el objeto del yoga es “el control de las acciones de la conciencia”. ¿Con cual nos quedamos?.
Nadie puede poner en duda que el yoga sea efectivamente la detención de la agitación de la conciencia, pero tampoco que el yoga permite el control de las acciones de nuestra mente. Esto quiere decir que disponemos de un amplio margen para interpretar los términos y significados siempre que respetemos el texto Revelado.”
La mayoría de las personas interesadas en la práctica del yoga y en sus enseñanzas conocen los yoga sutras de Patanjali, ya que es uno de los textos principales, considerado de los más importantes. Las traducciones e interpretaciones disponibles son ampliamente coincidentes y se podría decir que leyendo una versión lees todas. En el caso que nos ocupa, la visión, traducción e interpretación de los sutras a través del prisma del Kriya Yoga enseñado por Swami Shankarananda Giri nos ofrece una enseñanza fresca e incluso innovadora, que despierta y anima a integrar en nuestra práctica lo que en ella se expresa. A continuación te presentamos una de las partes más controvertidas de los aforismos, dado que implica lo que algunos llaman los mandamientos del yoga. La interpretación de Yama y Niyama, los dos primeros pasos del óctuple sendero del yoga.
Yama y Niyama son los principios éticos. Constituyen los elementos esenciales para una verdadera transformación que permite emanciparse de la naturaleza inferior del ser humano y que lo mantienen en la oscuridad y en la confusión.
Yama y Niyama son la base del bienestar. Cuando se vive de acuerdo con ellas, la vida fluye armoniosamente. No obstante, solo se alcanza la perfección de estos principios mediante la práctica constante del yoga y la meditación.
Yama está compuesto por cinco partes:
Ahimsa, Satya, Asteya, Bramacharya y Aparigraha.
Ahimsa o no violencia. Su control esta localizado en el primer chakra (Muladhara). Establecer la no violencia, ahimsa, significa renunciar a nuestros enemigos. Nuestro primer enemigo es kamana, el deseo. De entre los deseos, es interesante destacar el deseo por la riqueza material, situado en el 1º centro, que es una fuente de violencia.
Ahimsa pratisthayam tat sannidhau bairatyagah.
“En presencia de alguien establecido firmemente en la no violencia, todas las hostilidades cesan”
(Yoga Sutras: 2, 35)
Swami Shankarananda comenta en su libro Bringing the inner God to life
* La más pequeña inestabilidad mental genera como rafagas de violencia en tu interior que crean a su vez una multitud de enemigos internos. Te acabas convirtiendo en tu propio enemigo, violento hacia tí mismo, tu cuerpo, tu vida. Solo con la creación de la no violencia (ahimsa) en el interio del primer centro (chakra muladhara) serás capaz de renunciar a esos enemigos internos y liberarte de su control. –
Satya significa verdad, y está situado en el segundo chakra (Swadhistana) localizado en el sacro. Cuando Satya o verdad es establecido aquí, la energía, pranashakti, es dirigida a crear más prana, energía vital. En vez de depender de los órganos de los sentidos y particularmente de los órganos sexuales, cosecharemos el fruto de Kriya (Kriyaphala).
Satya pratisthayam Kriyaphala ashrayatvam.
“Si estas establecido en tu verdad interna puedes esperar el fruto de kriya”
(Yoga Sutra: 2, 36).
* El segundo centro es el del afecto y el amor. Los que juegan o hacen trampas con este amor se arriesgan al sufrimiento y a una tremenda frustración. La solución es adherirte al principio, a la ley interna, es decir, seguir con atención tu respiración. ella es la verdad. La verdad que te permite cosechar el verdadero amor, el amor divino, los frutos de kriya. –
Asteya significa no robar, no apropiarse de nada indebidamente. No tomar lo que es de otro, sea cosa o idea. Incluso, no poseer un bien o situación que no sea una necesidad real, reivindicar o pedir algo que no corresponda con lo merecido. Todo esto significa avanzar lentamente pero con firmeza. El ladrón roba para conseguir lo que desea lo antes posible. Nuestra mente no debe actuar como un ladrón, sino avanzar lentamente con determinación, sin aprovecharnos de los demás, sin manipular.
Asteya corresponde al tercer centro en la zona lumbar (Manipura), el asiento de la mente. Cuando asteya es establecido, la mente es purificada, como una piedra preciosa sobre un trono divino; el más valioso de los tesoros.
Asteya pratisthayam sarvaratnopasthanam.
“Al establecerte en asteya (no robar), toda la riqueza llega.”
( Yoga Sutra: 2, 37)
* Cuando la mente te ha robado todo, lo que queda es como plomo, una gran pesadez mental, y un cansancio permanente. Sin embargo, cuando se establece la ausencia del robo en tu interior, cuando se establece Asteya, en el tercer centro, la mente está bajo control, pacificada, tranquila, ligera y fresca.—
Brahmacharya está situado en el corazón, en el cuarto chakra (Anahata). El corazón es la raíz de la ignorancia y el ego; por lo tanto debemos establecer la naturaleza del Ser, en este centro. A veces se dice erróneamente que brahmacharya significa castidad, la preservación del semen. Pero en realidad Brahmacharya significa permanecer en Brahma. “Bramhe charati, Bramha acharati” aquel que practica la presencia de Brahma.
En esta vida nuestra respiración (el aire en anahata) es nuestro primer Brahma. De esta forma, se genera una cantidad suficiente de prana shakti o energía vital en el cuerpo. Cuando la respiración es inestable, agitada o inquieta, nuestra fuerza vital es desperdiciada. Pero si establecemos nuestra mente en Brahma, el Ser, la fuerza vital (virya) aumenta.
Bramhacharya pratisthayam viryalabha.
“Al practicar la presencia del absoluto, la fuerza vital aumenta”
(Yoga Sutra: 2, 38)
* La primera siembra, la semilla interior es el aliento, la vida, conectada al cuarto centro. Cuando estableces tu naturaleza divina (Brahmacharya) en ti mismo, este aliento te permitirá aumentar tu energía vital (Pranashakti).—
Aparigraha es el quinto y último componente de Yama. Aparigraha es una palabra compuesta de «a» y «parigrah». «A» como prefijo significa «no» en sánscrito. (Graha designa todo lo que crea barreras, obstáculos e ilusiones.) La palabra Parigrah tiene varios y distintos significados, «acumular», «ansiar», «buscar», «apoderarse», «recibir”, “aceptar», “obstaculo”, “problema”, “atadura”. Aparigrah es, pues, lo contrario de parigrah. El mayor obstáculo en nuestro desarrollo son las posesiones materiales, necesidades innecesarias que vamos cargando a las espaldas y de las que, por nuestra ignorancia, nos cuesta desprendernos tanto. Más, no es la posesión en sí, el obstáculo sino nuestra actitud hacia ella. Así, en el quinto centro (Vishudha) situado en el área cervical de la columna vertebral, se encuentra la raíz de la ilusión, la imaginación e incluso la alucinación. Desde aquí se crean todo tipo de alucinaciones y visiones. Este centro no es por lo tanto una base estable, o suelo firme para la espiritualidad. La palabra aparigraha significa ir más allá de los obstáculos y barreras causados por la ignorancia, las visiones y alucinaciones que provienen de este centro. De este modo seremos capaces de conocer nuestra origen, de averiguar cómo y donde fuimos creados.
Aparigrahasthairye janmakathamta sambodhah
“Establecido más alla de las tribulaciones, serás capaz de conocer el profundo significado de la creación.”
(Yoga Sutra: 2, 39)
* Cada elemento (tierra, agua, fuego, aire y éter) contiene la semilla de los órganos de los sentidos y de los órganos de la acción que le corresponde. La semilla de los cinco elementos está contenida en los dos pétalos del 6º centro (Ajna), en la pituitaria, estos son Hang sau, el Ser, Atma, el Alma, el creador del jivatma (el ser individual). El creador de los cinco elementos y por tanto del universo. Cuando vas más allá del 5º centro, más allá de la ilusión, encuentras a Atma, el Alma.
Janma (nacimiento, manifestación) no es una creación ni del cuerpo físico, ni del mundo. Cada inhalación es un nacimiento y cada exhalación una muerte. Este nacimiento es el fruto de la unión de la respiración y el fuego interno en el interior del útero divino (Hiranyagarbha) y constituye tus pensamientos, ya sean buenos o malos, tus deseos y todas las manifestaciones que suceden en tu interior.
El medio para alcanzar el conocimiento de nuesta creación no es, como propondrían algunos, revivir nuestro nacimiento físico usando técnicas psicológicas o analizando los problemas de nuestra niñez. Estableciendote firmemente en la práctica, más allá de las vicisitudes o problemas que puedan surgir, puedes conocer el origen de tu creación interna y entender como nacen las cosas dentro de Hiranyagarbha.—
El segundo paso del yoga de Patanjali. Niyama es ni-yama, que significa control a nivel esencial: a nivel de la fuerza vital y de la respiración. Consiste en reglas y normas para la vida espiritual.
Al igual que Yama, Niyama está compuesto por cinco partes:
Saucha, pureza. Al establecer saucha por medio de la práctica, obtenemos la divina sensación del Alma, aislándonos de las sensaciones físicas, yendo más allá de la atracción y la repulsión. La mente está serena, el miedo ausente, y no hay expectación.
Shauchatsvangajugupsa pairasamsargah
“La pureza se encuentra en tu interior, esto genera desinterés en el contacto con todo lo demás.”
(Yoga Sutra: 2, 40)
* Esta no es una cuestión de pureza o limpieza externa sino interna. Una vez Saucha es establecido en tu interior sentirás cierta aversión hacia tus órganos sensoriales y a tus sentidos, y también el deseo de distanciarte de ellos. Este cuerpo no es tu cuerpo, tu cuerpo es la respiración, del que, el cuerpo físico no es más que una sombra. Sentirás esto cuando alcanzes la verdadera pureza en el 1º centro (Muladhara) en el coxis.
Santosha, felicidad. Estableciendo santosha en el segundo centro, se obtiene la más elevada forma de gozo, uttama. Los placeres obtenidos en el segundo centro no son satisfactorios si son el resultado de placeres externos, como el placer sexual por ejemplo. Por el contrario, santosha es un placer interno y otorga perfecta satisfacción.
Santoshadamuttama sukhalabhah
“Al obtener satisfacción interna, conseguirás el gozo supremo, y esto será muy beneficioso para ti. ”
(Yoga Sutra: 2, 42)
* El segundo centro (Swadhistana) es el asiento del sabor y de una gran insatisfacción. A través de la práctica obtendrás santosha, una profunda satisfacción, que te ayudará a disfrutar de la vida interna plenamente.
Tapa, el tercer elemento representa calor en el cuerpo. La fricción de la respiración al inhalar y exhalar crea un fuego interno llamado tapa agni que quema todas las impurezas desde el interior. Estableciendo tapa en el tercer centro, en la zona lumbar, uno obtiene control sobre los indriyas, los órganos de los sentidos, que tienden a atraer los sentidos hacia el exterior. Los indriyas son de este modo purificados por la mente.
Kayendriya siddhirashud dhikshatyattapasah
“El éxito mental es obtenido por el calor interno (creado con la respiración consciente) y esto despegará todas las impurezas”
(Yoga Sutra: 2, 43)
* El sentido principal es la mente, la base de los sentidos y está situada en el 3º centro, (Manipura) el lugar en el que la respiración se digiere. Los sentidos no son más que la sombra de la mente. Ninguna forma de estimulación emana directamente de los sentidos o de los órganos de trabajo. Todos ellos provienen del órgano mental. Las impurezas generadas por éste son eliminadas por la respiración y la energía que se crea (tapa agni).
4. Swadhyaya. Esta palabra está compuesta de dos partes: Swa, que significa uno mismo, y Adhyaya, que significa conocer o estudiar. Swadhyaya es por lo tanto un estudio interior, el estudio del ser, que otorga la unión del alma individual con su ishta devata, la energía que anima la respiración y la trae (además de otros efectos) al centro del corazón.
Swadhyayadishtadevatasamprayogah
“A través de la práctica interna, entrarás en comunión con tu propia alma”
(Yoga Sutra: 2, 44)
* Ishtadevata es tu “padre”, tu padre causal. I es la energía primordial, shta es pratishta, establecido. Ishta entra en ti con ikara, conectado al sonido yang. Esta bija (semilla), es la primera respiración la cual esta arraigada a prana. El prana llega a ti desde tu padre causal establecido dentro de tu cuerpo, en el centro del corazón (Anahata). Para volver al “padre” necesitas estudiarte internamente (swadhyaya) siendo siempre conscientes de la respiración, en el cuarto centro. es allí donde obtendrás la energía interna, la que te llevará a tu verdadero origen, a tu padre divino.
Iswara pranidhana. La práctica constante de iswara pranidhana otorga el siddhi (perfección) del samadhi. Por medio de la constante observación de la respiración que entra y sale del cuerpo, uno puede alcanzar el estado sin forma. La palabra iswara está compuesta de tres sílabas: la primera “i” significa el poder (Shakti) que inhalamos, el cual penetra el cuerpo con la inhalación. La segunda sílaba, swa, es Alma. Cuando Shakti y Alma se unen, dan origen a la forma llamada “rakara”, la sílaba “ra”, la respiración, que sale al exterior en la exhalación. “Ra” significa luz. Esta luz interior se manifiesta en forma material.
Interacciones del lector