El pavo real (mayūra) es el emblema nacional de la India, un animal sagrado, símbolo solar al que corresponde el color rojo y el elemento fuego, se le representa como la montura de Kārttikeya (También conocido como Murugan, Skanda, Kumara o Subrahmanya), hijo de Śiva y Parvati, hermano de Gaṇeśa.
Kārttikeya concede todas las energías espirituales, particularmente la energía del conocimiento. Tiene seis cabezas que corresponden a los cinco sentidos y a la mente. Sostiene en una mano una lanza llamada Vel o Śakti, que simboliza la destrucción de las tendencias negativas; su otra mano bendice.
El pavo real de Kārttikeya es el destructor de serpientes(es decir de las ataduras corporales y también del tiempo). Es además símbolo de la belleza y del poder de transmutar, puesla belleza de su plumaje resulta de la transmutación espontánea de los venenos que absorbe al destruir a las serpientes. Por lo que se convierte en símbolo de inmortalidad ya que es el propio Kārttikeya quien transforma los venenos en licor de inmortalidad (amṛta).
Toda esta simbología nos habla de los muchos beneficios que ofrece esta postura de yoga. En el haṭhayogapradīpikā uno de los textos conocidos más antiguos sobre yoga se dice.
Este asana cura todas las enfermedades del estomago, abdomen, glándulas y bazo, elimina las irregularidades de la flema, la bilis y flatulencias, facilita la digestión de los alimentos tomados en exceso, aumenta el apetito e incluso hace digerible el veneno mortal.
Haṭhayogapradīpikā I-31
Sin llegar a los extremos de tomar veneno, podemos comprobar los beneficios de la postura a nivel digestivo muy rápidamente. Swami Śankarananda Giri recomienda esta postura a las personas que le piden consejo sobre problemas de acidez de estomago o de intoxicación alimentaria, y él personalmente la practicaba a diario.
1.Desde la posición de cuadrupedia, pon las palmas de las manos en el suelo con los meñique juntos y los dedos mirando a las rodillas, une tus codos, apoya la frente en el suelo y coloca tu abdomen sobre los codos. Mantén el abdomen blando y estira las piernas hacia atrás con los dedos de los pies en el suelo.
2- Eleva tus piernas estiradas en el aire y busca el equilibrio sobre tus antebrazos llevando tu cuerpo hacia delante y levantando la cabeza (es importante que no tenses o contraigas tu abdomen para que los codos no resbalen hacia fuera)
3- Mantén la postura entre 5 y 10 respiraciones, descansa y repítela un par de veces más
Ve poco a poco, si te cuesta mucho mantenerte en equilibrio sobre las manos, mantén los pies en el suelo y eleva la cabeza.
4. Recuerda no fuerces, escucha a tu cuerpo, ten paciencia. La postura perfecta para ti, hoy, es la que puedas mantener con el menor esfuerzo posible, sin inquietud mental, con la atención reposando en la respiración,
Cada āsana es un recipiente donde se mezclan cuerpo, respiración y mente.
Si tienes dudas antes de realizarla consulta con tu médico,
Muy bueno