A menudo ocurre que, atraídas por el mundo espiritual, muchas personas asisten a charlas y cursos de yoga, de meditación, a conferencias espirituales y a retiros, esperando oír hablar de temas cargados de misticismo y misterio, de ángeles, de mundos astrales, de seres luminosos, de guardianes, de archivos, etc. Sin embargo, la espiritualidad, ni es un supermercado (aunque a veces lo parezca), ni consiste en alimentar nuestro ego con datos, formaciones e información que, como mucho, satisfarían nuestra imaginación y ansia intelectual.
Lejos de todo esto, la espiritualidad es un trabajo interno, es el estudio de si-mismo y radica en comprender tu verdadera naturaleza e integrarla en cada momento de tu vida. No se trata de realizar distintas acciones que nos ayuden a ser plenos, libres, ilimitados y eternos, sino de entender que nunca hemos dejado de serlo.
Esto es Kriyā-yoga: un estilo de vida. Un camino ancestral hacia el despertar de tu verdadera naturaleza. Una antigua disciplina (sādhanā) que emplea distintas técnicas de meditación basadas en nuestra fuerza vital, prāṇa, nuestro cuerpo y nuestra mente. La palabra sādhanā significa literalmente «un medio para lograr algo», es una práctica espiritual que dirige hacia la realización (mokṣa).
Este sistema ha sido introducido o transmitido de tanto en tanto a través de diferentes maestras/os. Cuando debido a grandes cambios o circunstancias este yoga está a punto de desaparecer, alguien viene a recuperarlo y reintroducirlo.
Las enseñanzas de esta disciplina se encuentran en los yoga śastra como el Bhagavad Gītā, el Katopaniṣad y los «Yogasūtra» de Patañjali. En el mundo del yoga,este último texto es uno de los más conocidos, uno de los más utilizados pero, quizás, menos comprendidos.
LosYogasūtra están divididos en cuatro capítulos:
1- Samādhipāda, explica que es el yoga, cual es su objetivo y como experimentarlo a través de la práctica (abhyāsa) y el desapego (vairagya).
2- Sādhanapāda, explica la forma en como ha de practicarse. Presentando las enseñanzas del Kriyā-yoga y las ocho ramas o trabajos a realizar o aṣtāṇga-yoga.
3- Vibhūtipāda, indica como se manifiestan los resultados de nuestra disciplina (sādhana).
4- Kaivalyapāda: El estado Único, unión con el Ser, cómo es experimentado en la vida diaria. El yogui experimenta paz interior, felicidad y equilibrio, los cuales constituyen su propia naturaleza.
A lo largo de estos cuatro capítulos, Patañjali describe las diferentes herramientas que ofrece el Kriya-yoga para purificar la mente y alcanzar la liberación de la ignorancia de lo que somos.
Se suele entender que Patañjali fue «simplemente» el recopilador de las enseñanzas que muestra a través de los Yogasūtra, exponiéndolas desde el aṣtāṇga-yoga. Pero estudios profundos y actuales de este texto van descubriendo que, como dice Georg Feuerstein:
“En el segundo capítulo se explica la unión de dos tradiciones independientes, a saber el Kriyā-yoga de Patañjali y el aṣtāṇga-yoga. Los aforismos pertenecientes a esta última tradición parecen citarse en el cuerpo principal de los Yoga-sūtra, como algo separado al Kriyā-yoga y es ciertamente una de las curiosas vicisitudes de la historia el que hoy el nombre de Patañjali esté tan consistentemente asociado con el ‘octuple sendero’ y no con el Kriyā-Yoga filosóficamente fundamentado y desarrollado originalmente por las enseñanzas que él transmite.”
El estudio de los Yogasūtra es el estudio de Kriyā-yoga y, resumiendo mucho, lo podemos explicar a continuación.
En el primer capítulo, el aforismo 1.2 define la fase inicial del proceso yóguico de internalización, (Yogaścittavṛttinirodhaḥ= Yoga es la maestría sobre las fluctuaciones de la conciencia) y se presenta la práctica (abhyāsa) y el desapego (vairagya) como los medios para conseguir esta maestría (nirodha).
Sin embargo, como práctica y desapego no surgen instantáneamente para alguien [cuya conciencia] no esta del todo despierta, en el segundo capítulo se nombra las tres técnicas cardinales del Kriyā-yoga: tapa, svādhyāya e īśvarapraṇidhāna. Kriyā-yoga forma una tradición que debe entenderse como la enseñanza propia de Patañjali. Esto plantea la cuestión de la relación precisa entre las categorías de «práctica» y «desapego», los triples medios del Kriyā-Yoga, y el aṣtāṇga-yoga. El siguiente diagrama puede resultar útil aquí:
Como puede verse en este diagrama, abhyāsa y vairagya o «práctica» y «desapego» representan las categorías a través de las que se desarrollan los tres medios del Kriyā-yoga: tapaḥ, svādhyāya e Īśvarapraṇidhāna o disciplina, autoestudio y entrega. Así realizamos una acción disciplinada, observamos lo que ocurre dentro de nosotros mismos como resultado y entregamos los frutos de dicha acción. Los tres dependen el uno del otro como un proceso completo cuyo propósito es disminuir las causas fundamentales del sufrimiento mental facilitando que, con una mente calmada (samatvam) y un intelecto discernidor (viveka) podamos reconocernos (adhyātmavidyā) y obtener la verdadera libertad o mokṣa.
Kriyā-yoga es el método fundamental que fortalece el aṣtānga yoga, el sistema compuesto por 8 ramas: el comportamiento ético (yama), los hábitos (niyama), el trabajo físico y mental (āsana), el cultivo de la respiración/energía (prāṇāyāma), la retirada de los sentidos o relajación (pratyāhāra), la concentración (dhārana), la meditación o absorción (dhyāna) y la resolución de la mente (samādhi).
Kriyā-yoga es el camino espiritual que nos despierta a través de la practica y el desapego mediante la acción disciplinada, el auto-estudio y la entrega sobre las 8 ramas o métodos que conducen a la maestría sobre las fluctuaciones de la conciencia. Esta es la manera más completa de comprender y de practicar yoga.
El primer sūtra del segundo capítulo (sādhana-pada) dice: “tapaḥ svādhyāya īśvarapraṇidhānāni kriyāyogaḥ”
Aquí Patañjali describe con gran claridad el significado de kriyā, cómo practicarlo y cuáles son los cimientos de esta práctica.
– Tapa, significa fuego, calor, práctica, esfuerzo, perseverancia. Indica constancia y motivación en la práctica, Etimológicamente deriva de la raíz tap «aquello que genera calor». Tapaḥ igual que el latino ‘tepidus’ y el español ‘tibio’ se refiere a calentar el cuerpo, al endurecimiento físico, a la austeridad o ascetismo. Cuando hay calor, también hay energía. Tapaḥ es energía que se concentra o enfoca con fuerza de voluntad consciente en un punto específico, para que libere potencia y la ponga en movimiento. La práctica de tapaḥ a través del entrenamiento auto-disciplinado del cuerpo, la mente y los sentidos le permite a uno fortalecer una firme resolución de vencer la tendencia egoísta de la mente y dirigir su poder hacia metas y propósitos espirituales superiores. Esto se asemeja a concentrar los rayos del sol a través de una lupa sobre una hoja de papel. El calor se concentra e intensifica en un único y fino haz de luz, que produce una poderosa energía de calor para quemar el papel
“Mediante la destrucción de las impurezas por obra de tapaḥ se produce la perfección del cuerpo, mente y sentidos” Yoga-sūtra II, 43
– Svādhyāya. Sva como prefijo significa ‘uno mismo’, ‘lo propio’; adhyāya significa ‘estudiar’. Svādhyāya significa ‘autoestudio’. Estudiar, interiorizar, absorber, pero no cualquier cosa, sino lo que está relacionado con el camino de la liberación de uno mismo; en la India, lógicamente, la literatura sagrada (Veda) o el mantra personal. Como dice acertadamente Svāmī Kŗşņānanda: “El buscador espiritual debe recitar todos los días una sagrada escritura, concentrando la mente en su significado, absorbiendo la mente en ella y casi volviéndose esa escritura”.
«Por medio del autoestudio, uno se une con el aspecto amado de la divinidad». Yoga-sūtra II, 44
Svādhyāya (autoestudio) en combinación con tapaḥ (austeridad) e Īśvara praṇidhāna (entrega a Dios) trabajan juntos como herramientas para debilitar las cinco aflicciones (kleśas): ignorancia; egoísmo; atracción; repulsión; y aferrarse a la vida, o miedo a la muerte.
El autoconocimiento o la autoconciencia no es una meta a buscar. El Sí mismo es conocimiento. La autoconciencia no puede separarse de la conciencia, que es el Sí mismo.
El autoconocimiento es la conciencia de la realidad inmortal dentro de nosotros, que nos libera de la esclavitud de la ignorancia que es la causa de todos nuestros sufrimientos. Este conocimiento y conciencia, que es el Sí mismo, está siempre presente aquí y ahora. Nunca ha dejado de serlo, por lo que no es una meta que tengamos que ir a buscar. Ya es, solo tenemos que calmar la mente lo suficiente para experimentarlo.
No hay misterio en ello. Todo lo que necesitamos hacer es remover los obstáculos, disipando la ignorancia que oscurece el Sí mismo como conocimiento. El sol siempre brilla, pero cuando el cielo se llena de nubes oscuras, no lo vemos. Cuando las nubes se dispersan, el sol se vuelve visible y la luz brilla.
La práctica constante del Kriyā-yoga nos brinda los métodos básicos para eliminar la ignorancia (avidyā). Cuando se elimina la ignorancia, puruṣa (Ser, alma) se establece en su propia naturaleza verdadera.
Si queremos permanecer en la luz del Auto-conocimiento, entonces necesitamos estar vigilantes, observando con objetividad, poniendo atención en todo momento. Este no es un ejercicio a tiempo parcial; la práctica del Yoga, una vez iniciada, implica toda la vida. Este enfoque intencionado revela tu sinceridad y compromiso para despertar en la Conciencia absoluta, Conciencia pura. Si no estamos motivados, no estamos comprometidos y practicamos solo a medias ¿qué podemos esperar?. Debemos desear sinceramente despertar de nuestra ignorancia y participar activamente en nuestro propio desarrollo espiritual.
– īśvarapraṇidhāna (Proyectarse o absorberse mentalmente en Īśvará). Īśvará Praņidhāna es un concepto que tiene una importancia fundamental.
La etimología y el conocimiento de la filosofía Sâmkhya, en la que se apoya gran parte de la teoría del yoga, es necesaria para conocer y clarificar el sentido de este sūtra.
Praņidhāna esta formado por las palabras ‘pra’ que significa ‘delante’ y ‘nidhāna’ que nos remite a la ‘acción de poner’, ‘aplicarse a algo’, ‘poner atención’, ‘proyectarse’, ‘creer en’, ‘entregarse, ‘quedar absorto’’. Ello nos indica que el yogui, pone delante, antepone, se centra, se absorbe, cree, se entrega, proyecta, todos sus pensamientos y emociones en Īśvará.
«Īśvara es el Puruṣa supremo, no afectado por ninguna aflicción, acción, fruto de acciones o impresiones internas de deseos.» Yoga-sūtra II, 24
La otra palabra objeto de nuestro análisis, es Īśvará, ha sido traducida por los comentaristas clásicos y en la mayoría de textos por ‘divinidad’, con lo que es habitual encontrarnos con Īśvará Praņidhāna como ‘devoción a la divinidad’, Pero sabemos que la palabra para devoción es ‘bhaktí’, y ni Praņidhāna significa ‘devoción’, ni Īśvará significó en sus orígenes, ‘divinidad’, en el sentido del concepto de ‘Dios’ que se tiene habitualmente en Occidente.
Para conocer el exacto significado de Īśvará, debemos remontarnos en el tiempo, a la filosofía Sâmkhya, que tanto influyó en el Yoga, hasta que llegó a identificarse como Sâmkhya-Yoga y que Patañjali conocía muy bien, y es en ese contexto, en donde hallamos los conceptos, contrapuestos, de Naśvara e Īśvará.
Naśvara significa: ‘lo que cambia’, ‘lo transitorio’, ‘lo que puede modificarse’, ‘lo que es perecedero’, ‘temporal’, ‘sujeto a nacimiento y muerte’, ‘lo manifestado’, ‘lo que no permanece’. Por el contrario Īśvará significa: ‘lo que no cambia’, ‘lo no transitorio’, ‘lo no modificable’, ‘lo imperecedero’, ‘intemporal’, ‘lo que no está sujeto a nacimiento y muerte’, ‘lo in manifestado’, ‘lo que permanece’. Īśvará es la Realidad o Esencia Absoluta, uniforme y no cambiante, principio indiferenciado, que ni se crea ni se destruye, más allá de las formas y las modificaciones.
Así que Īśvara significa el poder viviente, el Orden, la Energía que todo lo llena, y está compuesto de tres palabras: Ī- śva- ra; Ī o i-kara significa inhalación, como dicen las escrituras: «ikarey prabhishyanti». I-kara es el prāṇa que se inhala.
Sva, o «svakarey dharayanti». Sva-kara, el Si mismo- el Ser interior, el que sostiene, el que está entre la inhalación y la exhalación, entre la vida y la muerte. Esto significa que no estoy ni vivo ni muerto, sino por encima. Si quieres poner un nombre a este estado, este podría ser svayam- ese Yo.
Ra-kara, es la exhalación, como transformación, el final y el comienzo, prāṇa entregado, manifestación cumplida.
Así īśvarapraṇidhānāni indica el reconocimiento de que lo divino reside en nuestro interior, la apreciación de Dios en cada respiración y en un nivel más profundo la entrega al mismo.
Estos tres niveles (tapaḥ, svādhyāya e īśvarapraṇidhānā) incluyen a los tres mārgas (senderos) clásicos del la visión védica:
– Karma mārga: Camino de la acción desinteresada (tapaḥ)
– Jñāna mārga: Camino del auto-conocimiento (svādhyāya)
– Bhakti mārga: Camino de la devoción (īśvara pranidhānā)
Por eso se dice que Kriyā-yoga es un sistema completo que, incluyendo los tres caminos clásicos, en realidad conforma uno solo. Suele haber escuelas que explican estos caminos como separados y exclusivos, pero tanto en la visión del Kriyā-yoga, como en la de los Yogasūtras o en la del Bhagavad Gītā, los tres caminos se entremezclan y son necesarios. Sin karma-yoga es decir, una vida de disciplina, de observación del dharma, de cumplimiento de los propios deberes, de apreciación de Īśvara como dador de las leyes que producen los resultados, sin esta preparación es muy difícil que la persona madure y si no hay madurez, no hay comprensión, y por tanto jñāna(conocimiento) no se da y aún menos, bhakti que requiere madurez, y comprensión. La devoción sin comprensión, sin discernimiento y sin madurez se puede convertir en fanatismo y superstición.
Para conseguir esto, Kriyā-yoga emplea las enseñanzas basadas en el śastra y técnicas de meditación basadas en la respiración que, primero, te preparan para liberarte de la auto-ignorancia y asentar y dirigir tu atención y, segundo, a unir la mente consciente y atenta a la fuerza vital latente en la respiración, permitiendo con la práctica constante liberar y eliminar los condicionamientos e identificaciones mentales que impiden integrar el autoconocimiento, mokṣa.
Dicho esto, describir Kriyā-yoga con palabras tiene poco sentido. Únicamente se puede comprender a través de la práctica. Si deseas saber qué es una manzana, una simple descripción no es suficiente. Coge la fruta, tócala, huélela, mírala y degústala, entonces comprobarás lo que habías oído sobre ella e inmediatamente comprenderás qué es una manzana. Tu Ser, sin embargo, no puede ser tocado, visto, escuchado, olido o degustado. Para tener la experiencia de tu Ser necesitas un medio de conocimiento apropiado. Ese medio puede ser Kriyā-yoga.
Para comenzar a practicar Kriyā-yoga, realizamos un programa- iniciación de 4 semanas de duración donde estudiamos, aprendemos, integramos el conocimiento y práctica de este sistema. Durante el segundo sábado del programa realizamos una ceremonia de iniciación, en donde se aprenden las técnicas de meditación de Kriyā-yoga y, a partir de hay, comenzamos un saṅkalpa de 21 días para instaurar el hábito de meditar. De esta iniciación y de este saṅkalpa te hablamos a continuación.
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