El Sāṃkhya es una de las seis escuelas ortodoxas del pensamiento filosófico indio, conocido por su enfoque dualista y su detallado análisis del universo, la conciencia y la liberación. Su origen se remonta a los textos védicos, y su sistematización tradicional se atribuye al sabio Kapila. El término Sāṃkhya proviene de la raíz sánscrita saṃkhyā, que significa «enumeración» o «recuento», aludiendo a su método analítico de describir los principios fundamentales de la existencia.
El dualismo de Sāṃkhya: Puruṣa y Prakṛti
El Sāṃkhya plantea un dualismo radical entre dos realidades independientes y eternas:
- Puruṣa – La conciencia pura, el observador inmóvil y eterno. No actúa, sino que es el testigo de la manifestación.
- Prakṛti – La naturaleza primordial, la fuente de toda manifestación material y sutil, compuesta por tres cualidades o guṇas:
- Sattva (pureza, claridad, equilibrio)
- Rajas (acción, dinamismo, pasión)
- Tamas (inercia, oscuridad, pesadez)
El universo surge cuando Puruṣa toma conciencia de Prakṛti. Este contacto aparente provoca la evolución de Prakṛti en múltiples niveles de realidad: desde lo sutil (mente, intelecto, ego) hasta lo denso (los elementos físicos).
La Cosmología del Sāṃkhya: Los 25 Tattvas
El Sāṃkhya describe la creación mediante 25 principios o tattvas que emergen de Prakṛti:
- Puruṣa – La conciencia, el testigo.
- Prakṛti – La materia primordial.
- Buddhi (Mahad) – El intelecto o gran principio, responsable de la discriminación.
- Ahaṅkāra – El ego, la identidad individual que surge del intelecto.
- Manas – La mente, encargada de procesar la información sensorial.
6-10. Los cinco sentidos de percepción (jñānendriyas) – Oído, tacto, vista, gusto y olfato.
11-15. Los cinco órganos de acción (karmendriyas) – Habla, manos, pies, órganos de excreción y reproducción.
16-20. Los cinco elementos sutiles (tanmātras) – Sonido, tacto, forma, sabor y olor.
21-25. Los cinco elementos densos (mahābhūtas) – Éter, aire, fuego, agua y tierra.
La Meta del Sāṃkhya: Liberación a través del Conocimiento
El objetivo del Sāṃkhya es lograr la liberación (mokṣa) mediante el conocimiento discriminativo (viveka-jñāna) que distingue claramente entre Puruṣa y Prakṛti. Según esta escuela, el sufrimiento surge porque el individuo se identifica erróneamente con Prakṛti, creyendo que es el hacedor (kartā) y el experimentador (bhoktā). Al comprender que uno es Puruṣa, el testigo inmutable, se alcanza la libertad suprema, ya que se trasciende la identificación con el cuerpo, la mente y las emociones.
Sāṃkhya y su influencia en el Yoga
El Sāṃkhya es la base filosófica del Yoga clásico de Patañjali. Mientras que el Sāṃkhya se centra en el conocimiento teórico, el Yoga propone un camino práctico para lograr la misma meta de liberación. Patañjali adopta la cosmología y el dualismo del Sāṃkhya, pero introduce la disciplina yóguica como medio para calmar las fluctuaciones de la mente (citta vṛtti nirodha) y alcanzar el estado de unión con Puruṣa.
Así, el Sāṃkhya nos invita a cuestionar nuestra identidad y nuestra relación con el mundo, ofreciéndonos una guía filosófica clara para trascender el sufrimiento. No es solo una enumeración de principios, sino un mapa hacia la liberación interior mediante el discernimiento profundo entre lo real y lo aparente.
En un mundo moderno lleno de agitación y constante movimiento, el Sāṃkhya nos recuerda que la verdadera paz reside en la conciencia inmutable que siempre observa, pero nunca actúa. Al integrar esta sabiduría en nuestra vida, podemos comenzar a ver el mundo tal como es, sin apegarnos a sus constantes cambios.
Reader Interactions