La importancia de la práctica diaria de Yoga
Muchas veces os recomendamos realizar una práctica suave de yoga (sādhanā) en casa cada día. Sin embargo, la excusa que solemos darnos es que no tenemos tiempo, que nuestras jornadas están completamente ocupadas, comprometidas y firmadas. Pero, ¿es realmente así?
Un estudio del 2013 sobre hábitos de consumo en España reveló que, de media, cada persona dedicaba más de cuatro horas al día (243 minutos) a ver la televisión. Ese año fue el segundo mayor en consumo televisivo de la historia, solo superado por 2012. Ahora, en 2024, tras el confinamiento y el aumento del uso de pantallas, seguramente esos récords han sido superados.
Aunque es cierto que estos son datos generales, también es verdad que después de una jornada de trabajo intensa, con la familia, los niños y demás responsabilidades, necesitamos desconectar. Y la forma más sencilla de hacerlo suele ser tirarnos en el sofá y encender la televisión.
Sin embargo, ¿y si utilizáramos parte de ese tiempo para regalarnos una práctica suave de yoga? Solo imagina el provecho que podrías sacar de ese tiempo, dedicándolo a nutrir tu cuerpo y mente. Si lo pruebas, verás la diferencia.
La práctica del yoga, lejos de agotarte, te recargará de energía, disipará el cansancio y la pereza, relajará e iluminará tu mente. No necesitas mucho tiempo ni hacer posturas complejas, basta con dar el primer paso y activar tu fuerza de voluntad.
Una pequeña prueba: Te invitamos a probar algo sencillo. Dedícate a una práctica de yoga durante solo dos semanas. Apúntate a nuestras clases en línea, que se envían cuatro veces a la semana, de lunes a jueves, y duran aproximadamente una hora y cuarto. Si prefieres comenzar con solo dos clases semanales, también es posible. Lo importante es comenzar.
Te enviaremos el enlace de las clases por correo, y te recomendamos seguir algunas pautas:
Intenta hacer la sesión siempre a la misma hora y en el mismo lugar.
Si puedes, realiza la práctica por la mañana, en ayunas; si no, asegúrate de que hayan pasado al menos dos horas desde tu última comida.
Elige un espacio limpio, tranquilo y uniforme para practicar.
Desconecta el móvil, no pongas música. Deja que tu única guía sea la pantalla del ordenador o televisor.
Concéntrate en lo que estás haciendo. Si te distraes, no te preocupes, simplemente vuelve a enfocarte en tu respiración, en tu cuerpo y en tu mente.
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