“Él, bajo cuya custodia están los pueblos, los caballos y el ganado.
Él, que se entregó al Sol de la mañana,
Él que conduce las aguas,
Él que elevó a los marginados que estaban oprimidos,
Él que glorifica a los ciegos y a los cojos.
Él, oh hombres, es Indra.”
Rig Veda 2;12 y 2;13
El primer significado de Vajra es relámpago o rayo, en particular el relámpago de Indra, el rey de los dioses. Indra es descrito como el dios de la tormenta.
En particular es el dios de las nubes oscuras de tormenta que traen consigo las lluvias de temporada, de las que depende la agricultura. En el arte se
representa a Indra como una figura robusta y poderosa, montado en un enorme elefante y sosteniendo con su mano derecha el relámpago o rayo, el vajra.
En particular es el dios de las nubes oscuras de tormenta que traen consigo las lluvias de temporada, de las que depende la agricultura. En el arte se
representa a Indra como una figura robusta y poderosa, montado en un enorme elefante y sosteniendo con su mano derecha el relámpago o rayo, el vajra.
La mitología hindú dice que el relámpago es lo más poderoso que pueda existir: no hay nada que pueda vencerlo o resistirlo -ni un arma ni una armadura ni nada-.
El vajra es absolutamente irresistible. Indra utiliza esta irresistible arma
para aniquilar a sus enemigos, los demonios de la sed y la sequía.
El vajra es absolutamente irresistible. Indra utiliza esta irresistible arma
para aniquilar a sus enemigos, los demonios de la sed y la sequía.
Asiento diamantino
Luego tenemos el termino vajrāsana que significa «asiento diamantino» que en ocasiones se traduce como «trono diamantino». Para poder entender lo que es el vajrāsana tenemos que recordar que Buda alcanzó la Iluminación a los treinta y cinco años en un lugar llamado Bodh-Gaya, en el estado de Bihar en India.
De acuerdo con la tradición, Buda despertó a la Realidad mientras se encontraba sentado al lado de un árbol.
El punto donde se sentó al lado de este árbol ha sido conocido, desde entonces como el «trono diamantino» o vajrāsana. La tradición nos cuenta que se llama así debido a que se considera que todos los Budas anteriores, en los previos ciclos mundanos, han alcanzado la Iluminación sentados en ese punto axial.
El punto donde se sentó al lado de este árbol ha sido conocido, desde entonces como el «trono diamantino» o vajrāsana. La tradición nos cuenta que se llama así debido a que se considera que todos los Budas anteriores, en los previos ciclos mundanos, han alcanzado la Iluminación sentados en ese punto axial.
Supta vajrāsana se podría traducir como el rayo o el diamante acostado
El āsana
1) Siéntate entre los talones con los dedos de los pies apuntando a la pared que tengas detrás
2) Coloca tus manos en el suelo un poco por detrás de tus pies y ve inclinado tu cuerpo hacia atrás, apoyando tu peso en los brazos.
Deja que tu cabeza caiga con suavidad.
Deja que tu cabeza caiga con suavidad.
3) Después de varias respiraciones, y si tus rodillas o tobillos te lo permiten, flexiona los brazos y pon los codos en el suelo. Mantén tu cuello relajado.
4) Si crees que puedes avanzar aún más, abre los codos hacia los lados para apoyar tu espalda y cabeza en el suelo. Estira tus brazos hacia atrás y mantente así el tiempo que puedas. (Si hay dolor en la zona lumbar o rodillas vuelve a la posición previa con suavidad)
5) Para salir agarra tus tibias y pivotando sobre los codos alza tu cuerpo, luego un brazo se estira y después el otro. Inclina tu cuerpo hacia delante relajándote por completo. De ahí, ve a la posición de cuadrupedia.
Beneficios
Masajea los órganos abdominales
Alivia las piernas cansadas
Mejora la digestión
Ayuda a aliviar el dolor menstrual
Mejora la circulación en las piernas
Fortalece y mejora la flexibilidad en la parte inferior de la columna
y en las articulaciones de caderas, rodillas y tobillos
y en las articulaciones de caderas, rodillas y tobillos
Buena para la lumbalgia, ciática, gota, reuma y varices
Ayuda a prevenir hernias
Supta vajrāsana está contraindicada cuando tenemos problemas graves en rodillas o zona lumbar, pero podemos avanzar hasta ese umbral donde la postura deja de ser cómoda, donde sientas el estiramiento de tus cuádriceps pero sin dolor.
Reader Interactions