Vasishthasana o la postura de Vasishtha es una postura de equilibrio, fuerza y flexibilidad muy especial. En esta entrada, perdonadme si me enrollo un poco más de lo habitual, pero, como muchas/os ya sabréis, detrás de muchas asanas de Hatha Yoga no solo hay un beneficio físico, mental, energético, emocional y espiritual sino también una enseñanza, un conocimiento vivo y silente. En cada asana todo nuestro ser es la enseñanza y la respiración el soporte en el que se escribe.
Así que espero que os merezca la pena leer esto, os cuento.
Vasishtha era uno de los Prajapatis (progenitores de la humanidad), y también uno de los Saptarishis, los famosos sietes sabios de la mitología védica. Compuso numerosos himnos que aparecen en el Rig Veda (el primer texto de la India, de mediados del II milenio a.c.) y en otras escrituras.
Sin embargo fue Valmiki (otro Rishi) quien escribió el Yoga Vasishtha, una de las escrituras más admiradas entre los yoghis y una de las obras más importantes del pensamiento de India. Los mas grandes problemas filosóficos de todos los tiempos aparecen en ella con increíble concisión y magnifica sencillez.
En el Yoga Vasishtha se narran las enseñanzas de Vasishtha a Rama, apoyándose en distintas historias y leyendas donde aparecen sabios, reyes, reinas, devas, devis, asuras y multitud de personajes interesantes.
De todas ellas, la historia que nos viene al caso para entender la postura de Vasishthasana es la que a continuación os resumo. (algunos/as pensareis ¿una historia para explicar una asana? Como os dije antes, creo que si.)
Ayodhya era una de las ciudades más importantes de la India, famosa por su paz, armonía y santidad. En aquellos días el príncipe de Ayodhya, Rama, tenía preocupada a toda la corte y a la ciudadanía por su aspecto triste, desganado y pensativo. No quería comer, por más que le insistieran no deseaba nada, se le veía alicaído y falto de fuerzas. El Rey Dasharatha, su padre hizo llamar al sabio y Guru de la corte el Rishi Vasishtha y le expreso la preocupación, propia y de sus súbditos, sobre el animo de Rama. Así informado, Vasishtha llamo a Rama para escuchar de él su situación y Rama comenzó a hablar
“Admirado sabio, intentaré responder adecuadamente a tu pregunta. He crecido felizmente en este palacio y he sido educado por ti y por los más prestigiosos maestros. Hace poco tiempo he realizado una peregrinación por la tierra de Bharata (India) y en ese periodo se ha apoderado de mí una serie de pensamientos, acordes a tus enseñanzas, que me han quitado todo aliciente por las cosas del mundo. Mi corazón se pregunta constantemente: ¿Qué es lo que la gente entiende por felicidad y cómo puede conseguirse en este mundo a base de objetos que están en continuo cambio y degeneración?. ¡Todos los seres de este mundo nacen para morir y mueren para volver a nacer!. No veo ningún sentido en esta rueda sin fin cuyas raíces son la ignorancia y el egoísmo.
Una muchedumbre de seres aparecen en este escenario que llamamos mundo y la mente finge unas complejas relaciones entre ellos. Todas las cosas de este mundo, tal como las vemos ante nosotros, sólo
dependen de nuestras construcciones mentales. ¡Y cuando la examinamos con atención, la propia mente parece irreal y huye de nuestro pretendido conocimiento como el agua de una cesta!.
dependen de nuestras construcciones mentales. ¡Y cuando la examinamos con atención, la propia mente parece irreal y huye de nuestro pretendido conocimiento como el agua de una cesta!.
Pero seguimos hechizados por ella sin atender a razones ni argumentos. ¡Es como si estuviéramos en el desierto y corriéramos hacia un espejismo con la inútil esperanza de saciar nuestra sed en sus
brillantes arenas!.
brillantes arenas!.
Señor, aunque no somos esclavos vendidos a un amo, vivimos una vida de esclavitud que nadie sería capaz de envidiar. Sin conocer cuál puede ser la verdad, deambulamos sin rumbo por el espeso bosque desconsolador del mundo sensible. ¿Pero qué es este mundo?. ¿Qué es lo que nace, crece y muere
en él?. ¿Cómo podemos poner fin al sufrimiento humano?.
en él?. ¿Cómo podemos poner fin al sufrimiento humano?.
¿Y que ocurre con la vida, sabio señor?. Su duración es como la de una gota de agua que resbala sobre la hoja del loto. La existencia sólo puede ser gratificante para los que gozan de autoconocimiento. Abrazar el viento, romper el espacio o intentar ensartar olas en una guirnalda, es más sensato que confiar ingenuamente en esta vida.
Procurando en vano alargar su duración, sólo conseguimos aumentar nuestro sufrimiento y prolongar nuestro dolor.
Procurando en vano alargar su duración, sólo conseguimos aumentar nuestro sufrimiento y prolongar nuestro dolor.
Sólo vive realmente el que se esfuerza por conquistar el conocimiento interno, que es lo único valioso que podemos alcanzar en esta vida. El conocimiento de las escrituras sólo es un fardo pesado y lacerante para el que está rodeado de deseos; el que vive agitado y descontento, no puede sufrir el peso de su propia mente; para el que carece de autoconocimiento la mera existencia parece una carga insoportable.
Los dientes del tiempo roen sin descanso la cuerda de la existencia. La termita de la enfermedad destruye a los seres vivos por muy sanos que parezcan. La muerte está siempre acechando a la vida, como el gato está atento a los movimientos del ratón para saltar sobre él y despedazarlo.
Querido señor, me siento espantado al contemplar la naturaleza del verdadero enemigo de la sabiduría que llamamos ahamkára o sentimiento del ego. Nace en la oscuridad de la ignorancia, y se alimenta de
esa misma ignorancia.
esa misma ignorancia.
Todos los sufrimientos giran en torno al ego, en realidad es la única causa de la angustia. ¡Este sentimiento es mi verdadera enfermedad!.
El ego atrapa a los seres vivos en la red de los objetos sensibles. Las mayores calamidades del mundo tienen su origen en este sentimiento del ego, que destruye el autocontrol, la virtud y la ecuanimidad.
El ego atrapa a los seres vivos en la red de los objetos sensibles. Las mayores calamidades del mundo tienen su origen en este sentimiento del ego, que destruye el autocontrol, la virtud y la ecuanimidad.
Deseo permanecer en mi mismo, despojándome de la noción de «yo soy Rama» y de todos los deseos que nacen de esa idea. Comprendo que todo lo que he realizado bajo el dominio de esa noción egoísta es absolutamente inútil.
Mientras esté bajo la influencia del ego, no puedo ser feliz; sólo seré dichoso cuando me libre de esta idea egótica y maldita.
El sentimiento del ego produce todo tipo de caprichos que se desvanecen cuando él deja de existir. Aunque creo estar libre de dicho sentimiento del ego, sigo en un estado de ánimo confuso y atormentado, y no puedo pensar ni vivir sin su concurso. ¡Por favor, aclárame todo esto, si tienes la bondad!.
Mi mente se muestra inestable como el viento. Nada le satisface ni contenta y cada día se siente más inquieta y trastornada.
Por muchos objetos que consiga, la mente no puede alcanzar plena satisfacción, porque un colador no se puede llenar de agua. Revolotea sin cesar en todas direcciones y no consigue encontrar la felicidad.
Busca el placer de este mundo, pero ni siquiera eso puede conseguir plenamente. Se agita inquieta como un león dentro de una jaula, porque ha perdido su libertad y no puede ser feliz sin ella. Atado a la temible rueda del deseo, giro sin cesar en el inútil empeño de capturar lo que sólo puede hacerme sufrir. Aunque tenemos alas para volar, somos como pájaros incapaces de eludir la red del deseo.
Aunque bebiera néctar, no podría calmar esta sed de deseo.
La característica del deseo es que no tiene una dirección determinada; ahora me conduce en una dirección y al momento siguiente me orienta en la contraria como un caballo desbocado. Aunque soy un héroe, esos deseos me convierten en un cobarde; aunque tengo ojos para ver, me dejan ciego.
La característica del deseo es que no tiene una dirección determinada; ahora me conduce en una dirección y al momento siguiente me orienta en la contraria como un caballo desbocado. Aunque soy un héroe, esos deseos me convierten en un cobarde; aunque tengo ojos para ver, me dejan ciego.
Este temeroso duende del deseo es el responsable de la esclavitud y del infortunio humanos, pues anida en el corazón y hace nacer en él la duda y el resentimiento.
En poder de este duende perverso, el hombre es incapaz de disfrutar siquiera de los objetos que tiene a su alcance. Si bien parece que esos deseos pueden brindarle deleite, jamás conducen a la felicidad ni al
disfrute de la vida; muy al contrario, sólo provocan un esfuerzo estéril y conducen a toda suerte de aflicciones y desgracias.
disfrute de la vida; muy al contrario, sólo provocan un esfuerzo estéril y conducen a toda suerte de aflicciones y desgracias.
Tan pronto nos eleva al cielo como nos sepulta en los abismos más profundos de la tierra; nunca se cansa ni deja de agitarse, porque se apoya en el vacío de la mente. La luz de la sabiduría brilla unos instantes en la mente para volver a caer al momento siguiente en brazos de la ilusión.
Casi me parece increíble que los sabios puedan cortar la temible soga del deseo con la afilada espada del conocimiento interno.
Casi me parece increíble que los sabios puedan cortar la temible soga del deseo con la afilada espada del conocimiento interno.
También veo absurda la opulencia que engaña al codicioso. Tan inestable y fugaz como el arco iris, da origen a interminables desvelos y provoca un ansia insaciable de mayores riquezas y preocupaciones. No tiene ninguna relación con los méritos de las personas, y tanto puede estar en manos del
bondadoso como del más arrogante malvado.
bondadoso como del más arrogante malvado.
Por regla general, la gente es buena, amable y compasiva hasta que su corazón se endurece por la codicia. La riqueza contamina el corazón del sabio, del héroe y del más sensible y delicado de los hombres.
Riquezas y felicidad no suelen acostarse juntas. Raro es el hombre poderoso que no tiene enemigos que menoscaben su fama y alteren su ecuanimidad.
Riquezas y felicidad no suelen acostarse juntas. Raro es el hombre poderoso que no tiene enemigos que menoscaben su fama y alteren su ecuanimidad.
La opulencia es la inundación que impulsa la ola de la enemistad, el agitado viento que extiende la nube de la confusión y el agente desencadenante de la enfermedad, la depresión y la angustia. Es la serpiente de los malos pensamientos que aumenta el miedo del que vive angustiado, el hielo que seca la delicada planta del desapego, el eclipse de la luna de la sabiduría; la aparición de las riquezas pervierte sin excepción la naturaleza bondadosa de los hombres.
Y este lastimoso cuerpo lleno de músculos, arterias y nervios, también es una fuente de dolor. Disfruta con el más pequeño placer y se angustia por la menor contrariedad. Sólo puedo comparar el cuerpo con un árbol, un lugar de descanso para los seres vivos, cuyas ramas son los brazos, el tronco el cuerpo, los agujeros los ojos, los frutos la cabeza y las hojas sus numerosas dolencias y achaques. ¿Quién puede creer que el cuerpo sea de su propiedad?. No es más que una balsa que utilizamos para cruzar el océano del nacimiento y la muerte; pero jamás deberíamos identificarnos con él.
Este árbol del cuerpo nace en el bosque llamado samsára, y la mente es el mono travieso que juguetea sobre sus ramas. Está lleno de los grillos de las preocupaciones, constantemente comido por los insectos de los sufrimientos, sirve de refugio a las serpientes venenosas de los deseos, y es morada del cuervo salvaje que es la cólera. En él nacen también las flores de las sonrisas y los frutos buenos y malos de las acciones, parece movido por el viento de la fuerza vital, sostiene sobre sus ramas a los pájaros de los sentidos, y proporciona a los viajeros la placentera y fresca sombra de la lujuria. El espantoso buitre del ego se posa sobre su copa, pero su interior está seco y vacío como un árbol degenerado y podrido.
Como veis, es poco adecuado para conseguir la felicidad. Tanto si dura mucho como si su existencia es corta, resulta totalmente inútil. Está hecho de carne y de sangre, y condenado como ellos a la vejez y a la muerte. Afligido por la ignorancia, es el hogar de la enfermedad, el campo de la angustia, el escenario de las versátiles emociones y el reino de los estados mentales más contradictorios.
¡Cómo puede colmar mis esperanzas este cuerpo!.
Así, ¿Qué significa la vida, el ego, la mente, la riqueza y el cuerpo?: los cinco son fatalmente truncados por el tiempo. Con la muerte inesperada, este desgraciado cuerpo se ve abandonado por el alma que mora en él y lo protege. Siendo así, ¿cómo puedo estar tranquilo en su interior?.
Nuestros propios sentidos son nuestros enemigos, la realidad es irreal, nuestra propia mente es nuestro peor enemigo. El ego es la primera causa de todos los males, la sabiduría sólo un endeble e inconstante compañero, las acciones conducen al sufrimiento y el placer se orienta hacia la sexualidad. Nuestra inteligencia se deja gobernar por el ego en lugar de tomar otras direcciones, y por ello no podemos alcanzar la tranquilidad mental. La realización de la verdad no está al alcance de cualquiera.
Nadie es feliz con la prosperidad y la felicidad de los demás, ni encuentra la compasión en el corazón de otro. La gente se hunde cada día más en su propio ego, la debilidad supera a la fortaleza y la cobardía se apodera del valor. La compañía del malvado es frecuente y la buena compañía difícil de encontrar.
No considero un héroe al que es capaz de enfrentarse a un poderoso ejército y vencerlo, sino al que es capaz de cruzar indemne el océano de la mente y de los sentidos. No considero una conquista lo que puede perderse muy pronto, sino lo que no puede perderse jamás, y el hombre no puede alcanzar una conquista así en este mundo por mucho que se esfuerce en conseguirlo. Los éxitos pasajeros y las fracasos temporales sobrevienen al ser humano aunque no los busque ni los merezca. Aunque el hombre trabaje mucho, supere todos los problemas de este mundo, viva rodeado de lujo y de riquezas y alardee de ser feliz, la muerte se aproxima inexorablemente a él. Sólo Dios sabe cuando va a encontrarla.
Todo lo que parece permanente o transitorio en este mundo es como un sueño. Lo que hoy es un cráter mañana será una montaña, lo que hoy es un espeso bosque se transforma muy pronto en una gran ciudad y lo que es suelo fértil se convierte en árido desierto. Lo mismo ocurre con nuestro cuerpo y nuestra forma de vida y fortuna. ¿Hay algo que no cambie?.
Te lo ruego, aclárame cuál es la condición o estado en el que uno ya no puede padecer ningún dolor. ¿Puede alguien como yo, sujeto a la actividad del mundo, alcanzar ese estado supremo de paz y felicidad?. Te ruego que me enseñes cómo pueden vivir en este mundo los seres iluminados. ¿Cómo puede la mente librarse del deseo y ver el mundo como su propio ser?. Sagrado señor, instrúyeme en la sabiduría que permitirá a mi mente permanecer firme como una montaña. Tu eres un hombre iluminado: instrúyeme para que nunca vuelva a hundirme en el samsára.
Después de decir esto, Rama quedó en completo silencio.
Todos los que escucharon sus palabras no parecían seres vivos sino figuras pintadas, tal era su silencio e inmovilidad.
Todos los que escucharon sus palabras no parecían seres vivos sino figuras pintadas, tal era su silencio e inmovilidad.
¿Quienes habían oído el discurso de Ráma ?. Sabios corno Vasishtha y Viswámitra, doctos ministros, miembros de la familia real incluyendo al rey Dasharatha, muchos ciudadanos, hombres santos, sirvientes, los pájaros en las jaulas, los animales domésticos, los caballos del establo real, los sabios divinos y los músicos del cielo. Probablemente el rey del cielo y los encargados de los otros mundos también las habían escuchado.
Emocionados por su discurso, muchos de ellos le aclamaron con sus voces inundadas de gozosa emoción. Una cascada de flores cayó del cielo para celebrar las palabras del príncipe. Todos los que estaban reunidos en la corte se sintieron seducidos por su elocuencia.
Nadie que no estuviera lleno de desapego hacia las cosas, ni siquiera el
preceptor de los dioses, habría podido elegir mejores palabras para expresarlo. Todos los que estábamos allí, fuimos muy afortunados al poder escucharlas. Nos embargaba un sentimiento de felicidad que no podríamos superar ni siquiera en el cielo.”
Rama había conseguido hacer suyas las enseñanzas que Vasishtha le había transmitido durante años, pero la verdad es dura de asimilar y de ahí el desdén de Rama. ¿Seremos capaces de hacer valido este conocimiento para nuestros días?,¿Queremos conocer esa verdad?
Como os comente al principio, estas enseñanzas están reflejadas en su postura, en Vashishtasana y resumiendo mucho serian: “vive, mantente y disfruta del mundo sin apegarte a él”, el equilibrio perfecto, ¿sencillo?. Observa la postura. Un lado de nuestro cuerpo se apoya en el mundo, el otro se dirige hacia el cielo (nuestro ser interior).
Las piernas simbolizan nuestro movimiento, las utilizamos para desplazarnos hacia donde queremos ir, con ellas “damos el primer paso”. Representan la dirección de nuestra determinación, de nuestra motivación. La fuerza de nuestra intención y perseverancia se representa en nuestras piernas.
BKS Iyengar en vasishthasana |
Los brazos los utilizamos para
trabajar, para actuar, para dar y para recibir, para acariciar, para sostener, para
servir, es decir, representan el poder del amor.
trabajar, para actuar, para dar y para recibir, para acariciar, para sostener, para
servir, es decir, representan el poder del amor.
Por eso Vashishtasana es la
postura del equilibrio perfecto porque, mientras vivimos en este mundo de
dualidad, una parte de nosotros tiene que seguir en contacto con la tierra, con
las reglas de este mundo, disfrutarlo, vivirlo, pero, a la vez, esa parte en contacto con
el mundo mantiene alejado del mismo al resto de nuestro ser. Una parte de
nuestra motivación y de nuestro amor en lo material, pero la otra parte
dirigida hacia la meta. Juntas, la fuerza del amor y de la determinación se
estiran hacia lo supremo, nuestro ser interior. Fíjate, incluso la mirada no
esta puesta en el mundo sino en el cielo. Pero necesitamos apoyarnos en el mundo para conseguir el cielo.
postura del equilibrio perfecto porque, mientras vivimos en este mundo de
dualidad, una parte de nosotros tiene que seguir en contacto con la tierra, con
las reglas de este mundo, disfrutarlo, vivirlo, pero, a la vez, esa parte en contacto con
el mundo mantiene alejado del mismo al resto de nuestro ser. Una parte de
nuestra motivación y de nuestro amor en lo material, pero la otra parte
dirigida hacia la meta. Juntas, la fuerza del amor y de la determinación se
estiran hacia lo supremo, nuestro ser interior. Fíjate, incluso la mirada no
esta puesta en el mundo sino en el cielo. Pero necesitamos apoyarnos en el mundo para conseguir el cielo.
Seguramente, a partir de ahora,
cuando ejecutes esta postura lo harás con otro espíritu, ¿verdad?
cuando ejecutes esta postura lo harás con otro espíritu, ¿verdad?
A nivel físico, en esta postura
trabajamos la fuerza, la flexibilidad, el equilibrio, la coordinación, la
resistencia. Es una de las posturas más completas. Por ponerle un pero, solo le
falta el trabajo de torsión.
trabajamos la fuerza, la flexibilidad, el equilibrio, la coordinación, la
resistencia. Es una de las posturas más completas. Por ponerle un pero, solo le
falta el trabajo de torsión.
Para realizar la asana:
·
Colócate en la posición de perro cara abajo y carga tu peso sobre tu
brazo y pierna izquierda, inclinando tu lado izquierdo hacia el suelo.
Colócate en la posición de perro cara abajo y carga tu peso sobre tu
brazo y pierna izquierda, inclinando tu lado izquierdo hacia el suelo.
·
Mantén tu brazo izquierdo estirado sin bloquear el codo y el hombro
alejado de tu cuello, Tu pierna izquierda estirada, el peso sobre la cara
externa del pie.
Mantén tu brazo izquierdo estirado sin bloquear el codo y el hombro
alejado de tu cuello, Tu pierna izquierda estirada, el peso sobre la cara
externa del pie.
·
Una vez estable en esa posición, flexiona la pierna derecha y agarra el
dedo gordo del pie con la mano derecha.
Una vez estable en esa posición, flexiona la pierna derecha y agarra el
dedo gordo del pie con la mano derecha.
·
Estira tu brazo y pierna derecha hacia arriba, alineados verticalmente
con tu cuerpo.
Estira tu brazo y pierna derecha hacia arriba, alineados verticalmente
con tu cuerpo.
·
Si tu equilibrio lo permite, dirige tu cabeza y tu mirada hacia el cielo.
Si tu equilibrio lo permite, dirige tu cabeza y tu mirada hacia el cielo.
· Para salir realiza estos pasos en sentido inverso e inclínate sobre tu
costado derecho para realizarla en el otro lado.
costado derecho para realizarla en el otro lado.
Un saludo a todas y a todos.
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